El fracaso es el camino a seguir.

Suena raro y feo que lo diga pero imagina un niño, un niño aprendiendo a caminar. El niño caerá veinte mil veces. Seguramente algunas se hará daño pero en ningún momento se detiene y piensa: “no soy bueno en esto, creo que caminar no es para mí”.

Evitar fracaso es algo que hemos aprendido en algún punto de nuestras vidas. Seguramente venga del sistema educativo que tuvimos, juzgando rigurosamente cada paso mal dado, cada tropiezo, cada suspenso, cada castigo, cada acción mal hecha. Cada acción que te hace sentir culpable porque eres diferente. O padres críticos agobiantes. ¿Por qué no dejar que los niños se arruinen solos en lugar de castigarlos por probar algo nuevo o no pre ordenado? Y luego tenemos todos los medios de comunicación que nos exponen constantemente al éxito estelar. Al éxito tras éxito, sin mostrarnos la práctica aburrida y tediosa que se requería para alcanzar ese éxito. Camino de rosas y claveles, pero sin encontrar espinas. ¿Y sabes? Creo que sólo podremos ser verdaderamente exitosos si realmente sabemos qué es el fracaso, solo si estamos dispuestos a fallar. Si no estamos dispuestos a fallar entonces no estamos dispuestos a tener éxito.

Parte de este miedo al fracaso también viene de escoger valores de mierda. Valores de mierda que envuelve objetivos fuera de nuestro control como por ejemplo querer ser mejor que nadie, saber más que nadie. Quere ganar más que otros. Querer una familia perfecta y así… Pero la búsqueda de estos objetivos conduce a gran ansiedad. Cuando logramos alcanzarlos nos dejan aún más vacíos y sin rumbo a nuestra vida porque una vez que se logran... aaaaay una vez que se logran… ¡no hay más problemas que resolver!

Si tu métrica para el éxito de un determinado valor según los estándares mundiales es "comprar una casa y un buen coche", una vez que se logra ya está, ya no hay más. No hay otras oportunidades para seguir creciendo y mejorando. Pueden ser útiles cuando buscan beneficios rápidos y de corto plazo pero como guías para la trayectoria general de nuestra vida apestan.

Yo pienso en mejores valores como honestidad: "expresarse honestamente con los demás". Su valor nunca está completamente realizado. Es un problema que debe ser continuamente comprometido, exigido, dado. Cada nueva conversación y cada nueva relación trae nuevos desafíos y oportunidades para una expresión honesta. El valor es un proceso continuo de por vida que desafía la finalización. Y ya está. Que caigas y caigas y caigas… ya levantarás con más ganas 😉💚

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