El hombre perfecto.
El hombre perfecto
Según yo
(by Ana Frontela Diéguez)
De antemano quisiera dejar claro que no creo que exista el hombre perfecto (al igual que la mujer perfecta, porque yo estoy lejos de ser la mujer perfecta) pero, como la vida es pedir y, quizás recibir, he tomado la decisión de poner por escrito lo que busco.
Una buena amiga me dijo un día: “Tu problema es que no pides y por eso no llega. Esperas a que te elijan en lugar de elegir”. No sé si esto es verdad o no, pero creo que es momento de dejarlo por escrito, y espantar moscones, para aclarar lo que quiero (o más bien lo que no quiero).
¡Pues allá vamos!
1. Quiero un hombre que me mire, pero que además me vea. Que camine a mi vera; ni delante ni detrás; que mire de frente (o no), pero que mire sin miedo. Que no tenga reparos en arriesgar, en todo. Que sea entrador, decidido y que no mire por el espejo retrovisor, salvo para adelantar (y espero que mejor que yo).
2. Pienso en un hombre que me vea de igual a igual, que entienda que por su condición de género no le hizo mejor que yo; que tenga claro que el valor no es innato, sino que uno lo adquiere con las derrotas y que las arrugas, al igual que las cicatrices, te las da la vida.
3. Un hombre de sueños cumplidos. Quiero un hombre con aspiraciones, que no se canse de cumplir sueños; que piense que el mañana será mejor que el ayer y que no se canse de subir escalones, aunque muchas veces dé vértigo.
4. Quiero un culo inquieto. Me encantan los hombres que han salido de su zona de confort, que piensan en no visitar dos veces el mismo lugar, que les guste viajar y conocer. El mundo es muy grande. No me veo viviendo en un único lugar (o sí) pero con alguien que no le importe recorrer mundo para llenar la mochila de recuerdos.
5. “Sin príncipe, pero reina”. Quiero a un hombre que me ponga la corona de reina; que tenga carácter pero que entienda que autoridades hay más de una, que comparta el cogobierno y que no le importe delegar reinado, cuando proceda, con alguien que renunció hace tiempo al príncipe azul, pero que no cede la corona de reina. Que sepa que soy reina por dentro y por fuera, reina de corazones, reina de corona de oro y de sueños ligeros.
6. La vida, mejor con humor. Quiero a alguien que se ría hasta de sí mismo, que sonría ante las adversidades, que piense con la cabeza pero que ría desde el corazón. No quiero un frívolo ni chistoso, sólo que me haga reír y que cuando haya un bache, recurra al sentido del humor.
7. Quiero que sea guapo (ya me toca), si es posible de cabello oscuro y de piel blanca. Que sea un poco más alto que yo (para eso no hace falta mucho). Le tienen que gustar las rubias de sonrisa fácil y de armario eterno. (Esto no lo iba a poner pero como es mi carta a la reyes magos, pues pido lo que quiero).
8. Quiero un hombre que escuche más que hable, que sepa valorar el silencio tanto como una buena conversación. Que le guste el vino y el ron para las noches eternas.
9. No hace falta que sea un Premio Nobel pero sí que no cometa faltas de ortografía. Esto parece trivial pero no lo es. Me hace daño a la vista. Me da igual que no sepa pronunciar la B o la V, o que se haga bola con el sonido de la Z, la C, S, pero, por favor, que no sea tan pendejo de escribirlo mal.
10. Comer es un placer y cocinar muy difícil. Por eso quiero a alguien que tenga la paciencia de descubrirme los placeres gastronómicos. No es que yo no cocine (porque soy la reina de la lasaña) pero si pensamos en algo más allá de la pasta, tengo serias dudas de que sea comestible. Quiero a alguien que tenga la paciencia de enseñarme a cocinar. Estaré encantada de compartir mesa y buen vino.
11. Leer para pensar en titulares. Pienso en un hombre que le guste leer, y que comparta conmigo lo que lee. Que piense en titulares, como yo y que no le importe desayunar café escuchando noticias. Esto es de formación profesional (periodista). No es que busque a Pedro Piqueras o a Matías Prats pero ayuda mucho que no se aburra diseñando estrategias y buscando razones donde, a veces, sólo hay emociones.
12. A mí me gustan mayores. Después de varios intentos fallidos ya lo tengo claro. Quiero a alguien mayor que yo. No mucho, quizás dos o tres años, pero con las ideas claras. Renuncio a los que se creen adolescentes.
13. Mejor en familia. Quiero alguien que no tenga miedo a ser padre pero que asuma la maternidad o paternidad como algo compartido. La maternidad es cosa que dos. Si tengo que pedir mejor que de una vez entienda que se puede ser madre, amante y exitosa en el trabajo. No es que no quiera ser madre, pero a costa de renunciar al resto de mi vida.
14. Autosuficiente, por favor. Me olvidaba: Las reinas no esperamos que nos mantengan, hace tiempo que renunciamos al príncipe azul con dinero. Me sirve con que no me lo pidan a mí. El último todavía está pagando sus deudas. ¡Qué pereza!
15. Nada de planes. En definitiva: Quiero a un hombre a quien admire, que no planifique, que odie hacer listas de tareas improductivas, que me quiera con locura ( y a veces no), que me sorprenda cada día y que entienda, como dice Mafalda “que la vida es el continuóse del empezóse de ustedes”-
Pd. Como toda historia tiene un comienzo y un final no quiero terminar sin contar el principio de la mía. Una noche de insomnio una amiga publicó la carta de un amigo. Se hacía llamar Matías Dávila. En su muro de Facebook Matías describía públicamente la mujer que espera. Me pareció valiente, especialmente en esta sociedad donde priman las verdades a medias. Esta carta que hoy escribo está inspirada en Matías. Gracias, por tan tanto y por tan poco.
¡Continuará… prometido!
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